Vigilado por el pico Tres Mares y la sierra de Peñasagra, en plena reserva natural, se esconde el exuberante valle de Polaciones, tierra agreste, de peñascos y elevadas montañas que atesoran extensos bosques de hayas, robles y acebales, que aún cobijan una espectacular fauna como el oso pardo, venados, águilas. EL 100% de su territorio está protegido por el LIC, (Lugar de importancia comunitaria) y como zona de oso pardo cantábrico por su alto valor natural.
Conectado con la costa por el valle del Nansa y con Liébana y Picos de Europa por el puerto de Piedrasluengas, es uno de esos valles escondidos y desconocidos que aún quedan en España y uno de los más singulares y rurales de Cantabria. El valle de Polaciones consta de 9 pueblos de montaña con interesante patrimonio civil de estilo barroco montañés, patrimonio religioso y patrimonio arqueológico con los menhires de los puertos de Sejos. Además el valle tiene varios restaurantes afamados, donde probar la contundente y conocida gastronomía típica de la zona, donde no puede faltar el afamado cocido montañés.
Para bajar la comida, el valle tiene numerosas pistas y senderos que harán la delicia de los senderistas junto a ríos, cascadas, montañas, bosques y pueblos pintorescos.
El municipio de Polaciones posee una riqueza cultural y folklórica rica y variada, celebra anualmente el carnaval de los Zamarrones, fiesta ancestral donde las comparsas visitan cada uno de los pueblos del valle, y el certamen del rabel, instrumento típico del valle que reúne a los mejores rabelistas del momento en el pueblo de Pejanda.
Destino rural ideal si te gusta la naturaleza extrema, la tranquilidad de la montaña y el buen comer.